lunes, 4 de noviembre de 2013

Delirando entre sábanas.

Veo de nuevo
como el humo
se vuelve (denso),
y la mirada se dilata
con el brillo de la ciudad.
El llama la atención
reza a los condenados.
no da pistas,
ni siquiera deja
un camino de migas para volver
de la cruda realidad
que me espera
en la falla tectónica
de su sonrisa.

Araño su espalda,
dejo un regalo.
No sé nada
de la ropa en su habitación.
Quisiera desaparecer
esconderme
en el filtro del cigarrillo

que aprieto en mi puño de porcelana crisada 

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