"A veces, tengo la alegría de sentir un insignificante ruido en
esta hogar, jaula de almas. Casa tan vacía, sin fin alguno conocido por mi consciente;
el mundo de mi cornea. No es para nada agradable el hecho de poseer poca
conversación, nula diría. Desde que he sido abandonado, soy una sombra más de
las catorce puertas sin seguridad, puertas que llevan a la nada, de las que se
puede entrar pero nunca salir. Abrumado redentor, esperando por el suyo. Mi
alma quiere ser tomada de una vez por todas.
Hogaño, 243 gramos y pura carne magra recorren este infierno alfombrado.
Realmente, no entiendo el porqué, pero, como parte de la naturaleza veraz y
costumbres infantiles -se podría decir- juego con ellas a perseguirlas,
atraparlas, y juro, por mi precario Dios, que yo no realizo ningún acto
violento, ¡Oh, que esta agonía de falsedad finalice! ¡Sufro de una acusación
sin fundamentos!
Un pasar temporal y mis juegos se tornan aburridos e inservibles. Cuerpos quedan en alguna parte de la tundra, sin vida, sin motivo alguno. Algo similar pretendo que le suceda a mi ruin cuerpo escamoso. El alma culmina con su lecho luminoso, se deja ir. Redentor, no tendrás negación por mi parte de ser asesinado, por favor ven por mí, sosiega con esta penosa soledad."
Un pasar temporal y mis juegos se tornan aburridos e inservibles. Cuerpos quedan en alguna parte de la tundra, sin vida, sin motivo alguno. Algo similar pretendo que le suceda a mi ruin cuerpo escamoso. El alma culmina con su lecho luminoso, se deja ir. Redentor, no tendrás negación por mi parte de ser asesinado, por favor ven por mí, sosiega con esta penosa soledad."