sábado, 12 de octubre de 2013

La casa de Asterión; 11.10.13. 13 hs.

"A veces, tengo la alegría de sentir un insignificante ruido en esta hogar, jaula de almas. Casa tan vacía, sin fin alguno conocido por mi consciente; el mundo de mi cornea. No es para nada agradable el hecho de poseer poca conversación, nula diría. Desde que he sido abandonado, soy una sombra más de las catorce puertas sin seguridad, puertas que llevan a la nada, de las que se puede entrar pero nunca salir. Abrumado redentor, esperando por el suyo. Mi alma quiere ser tomada de una vez por todas.
Hogaño, 243 gramos y pura carne magra recorren este infierno alfombrado. Realmente, no entiendo el porqué, pero, como parte de la naturaleza veraz y costumbres infantiles -se podría decir-  juego con ellas a perseguirlas, atraparlas, y juro, por mi precario Dios, que yo no realizo ningún acto violento, ¡Oh, que esta agonía de falsedad finalice! ¡Sufro de una acusación sin fundamentos!
Un pasar temporal y mis juegos se tornan aburridos e inservibles. Cuerpos quedan en alguna parte de la tundra, sin vida, sin motivo alguno. Algo similar pretendo que le suceda a mi ruin cuerpo escamoso. El alma culmina con su lecho luminoso, se deja ir.  Redentor, no tendrás negación por mi parte de ser asesinado, por favor ven por mí, sosiega con esta penosa soledad."

martes, 8 de octubre de 2013

Probando.

el temblor
brutal y compulsivo
corroe mi hablar
hace de mi chimenea un malestar
y el dolor penetra mis huesos
              /pequeños, intento de ello
contrabajos dorsales
rostros con ejes cartesianos
alucino mientras todo se convierte en una frecuencia de sonidos, olores
durante movimientos espasmódicos
milisegundos que dejan
un sinfín de artilugios en mis oscuras pupilas
inmensas como la tundra  (¡ah! si fueran pinares en la espezura)